Seguramente te haya sorprendido encontrar este correo hoy en tu buzón. Lo normal hubiera sido recibirlo ayer, domingo “canónico” de envío. Pero esta vez quería hacerlo distinto: hoy es día 1 de septiembre, primer día de trabajo para muchos, primer día de locura para otros y, psicológicamente, el final del verano para casi todos. Me parecía más honesto reencontrarnos justo en este momento.
Espero, de corazón, que tu verano haya sido fructífero. El mío ha sido intenso, casi una montaña rusa. Agosto me pilló coordinando equipos de BIOS y DMNTR en un par de proyectos que me han hecho dormir poco y pensar demasiado. Si todo va bien, esta misma noche cerraremos la última intervención programada fuera de horario y podremos dar casi por terminado un capítulo que en julio parecía una auténtica odisea.
Ya habrá tiempo en próximas entregas para hablar de cómo la IA está destrozando modelos de negocio de algunos clientes, de cómo Tebas está rompiendo Internet a marchas forzadas, de nuestro traslado a Data4 o incluso de lo bien que me estoy encontrando a mí mismo en esta etapa profesional. Hoy quería algo distinto: abrirme en canal.
Porque hasta ayer mismo dudaba si continuar con este proyecto de la newsletter. En mi cabeza se repetían las preguntas de siempre:
Y, sin embargo, la respuesta me vino sola. Me di cuenta de lo mucho que me ha dado la vida gracias a un gesto sencillo: hacer cosas.
Durante años leí, opiné, protesté, me enfadé… pero hice poco. Siempre que tocaba dar un paso al frente, me echaba atrás. Y fue justo cuando empecé a hacer, de verdad, a exponerme a lo bestia, cuando todo cambió: mi vida profesional se disparó, conocí a personas maravillosas que hoy son amigos, y aprendí a conocerme y aceptarme con mis limitaciones, rarezas y frikadas.
Hacer cosas. Nada más. Eso lo explica todo.
Así que hoy te escribo para desearte lo mejor, somos el último bastión de la resistencia, aquello que, por ahora, la IA no puede automatizar, los de IT, los que gestionamos el corazón del mundo y los que, en la mayoría de ocasiones, no reciben todo lo que dan, pero, aun así, siguen dándolo.
Espero que hayas disfrutado del verano, si te soy sincero, yo empiezo mañana las vacaciones, 6 días, menos es nada, pero descuida, sacaré un rato en mi viaje para escribir la newsletter de la semana que viene, porque estoy convencido de que hacer cosas es lo que sigue cambiando mi vida cada día.
Al final, esta newsletter no va solo de tecnología, ni de proyectos, ni de contar lo que hacemos en BIOS o en DMNTR. Va de compartir un camino. De recordarnos que detrás de cada servidor, cada línea de código y cada despliegue nocturno estamos personas que, con nuestras dudas y aciertos, seguimos avanzando porque creemos en lo que hacemos.
Quizá mañana todo cambie. Quizá la IA nos coma terreno más rápido de lo que pensamos, o el mercado nos obligue a reinventarnos una vez más. Pero si algo tengo claro es que, mientras sigamos haciendo cosas, mientras sigamos dando pasos, no habrá algoritmo capaz de sustituirnos.
Así que gracias por seguir aquí, leyendo. Gracias por darme motivos para seguir escribiendo. Y ojalá este septiembre sea para ti un mes de primeros pasos, de volver a encender motores… y de hacer cosas que te cambien la vida, como a mí me la está cambiando.
Haz cosas y te pasarán cosas.
Protecting what matters most
Todos aquí: https://go.ivoox.com/sq/2343562
He pensado en recopilar las cosas que me van viniendo a la cabeza mientras paso los días haciendo cosas...
---
El otro día, mientras tomaba un tinto de verano en Madrid con gente que admiro, hablamos de lo fácil que sería montar nuestra propia Internet alternativa... Desde ese día tengo la cabeza hirviendo...
---
Y claro, empiezas a darle vueltas: ¿qué haría falta? Infraestructura física, acuerdos de peering, un sistema de nombres propio, reglas claras de gobernanza. Pero sobre todo haría falta voluntad. Voluntad de no resignarse a que Internet sea únicamente un negocio controlado por terceros...
---
Estoy escribiendo esto en mi patio, entre un granado y un pinsapo, al fresco… el lugar perfecto para que naciera un proyecto así.
---
Porque a veces las ideas que pueden cambiarlo todo no nacen en un despacho ni en un laboratorio, sino en una mesa de verano, entre árboles, con un cuaderno abierto y la cabeza dando vueltas. Y me pregunto: ¿qué pasaría si de verdad lo intentáramos?
---
Quizá no levantaríamos la Internet, pero sí una red distinta, más honesta, más nuestra. Un espacio donde recuperar el control de lo que compartimos y cómo lo compartimos. Una especie de recordatorio colectivo de que todavía podemos hacer cosas grandes, aunque empiecen pequeñas...
---
Y fin.
Nos leemos la semana que viene, con más paranoias, más proyectos y, sobre todo, con más ganas de seguir haciendo cosas.
¡Ahora respira fuerte y a por los correos del lunes, que no son tantos como parece!
Gracias por estar ahí, seguimos hablando por los canales habituales: X y Telegram.
¿Y ahora se va de vacaciones? ¿En septiembre? ¿Qué es millonario o qué?