👻 La Newsletter de @weareDMNTRs 👻

¡Odio que me digan que tengo suerte! ¡Con todas mis fuerzas!

Y esta semana un antiguo amigo se ha encargado de recordármelo varias veces... con mi consiguiente cabreo.

Lo conozco desde que éramos niños, vivíamos relativamente cerca y compartíamos varias aficiones, así que hubo un tiempo en el que nos hicimos inseparables.

Cuando pasamos al instituto coincidimos en decidir irnos a un instituto del centro de la ciudad y salir del barrio (y sus movidas), así que el largo camino andando de ida y de vuelta lo hacíamos juntos. Lo que por cierto no era por gusto, ya que la idea era ahorrarnos el dinero del bonobús y poder disponer de esas 500 pesetas para tener algo de dinero el fin de semana.

Él era un tío excepcional en los estudios. Yo nunca he tenido problema para aprobar todo con nota, pero lo suyo era brutal. Un tío que era capaz de, entrenar cada tarde durante 3 horas, y sacar unas notazas excepcionales. ¡Y tenía buena letra! ¡Que hay que verme a mí escribiendo con un boli! Un ídolo. De verdad.

Pero llego el momento del "click". Y en una arriesgada maniobra, que todavía no alcanzo a comprender, unos años después decidió que "lo de los estudios no era para él". Lo intentamos mucha gente, pero no conseguimos convencerlo, y dejó el instituto unos meses después.

Se puso a buscar curro y lo encontró rápido. Muy rápido. Lo de la construcción aquellos años era brutal.

Aún recuerdo el día que apareció por mi casa con un Seat Ibiza de segunda mano de aquellos de motor System Porsche... ¡Buahhh! ¡Los amos del barrio éramos!

Imagínate mi cerebro en esos momentos, yo acababa de entrar en la carrera, no tenía nunca un duro y de repente ves a tu colega de toda la vida con un buen sueldo, novia formal y coche.

Mientras yo estudiaba e intentaba sacar algunas pelillas haciendo páginas en ASP para una empresa de Sevilla, mi amigo, ya más alejado de mi círculo cercano, tuvo un par de hijos, se compró un piso en la zona de moda en ese momento y cambio de coche 3 o 4 veces.

Me sentía gilipollas, para qué os voy a mentir. Mientras yo seguía haciendo mis prácticas de la carrera en mi "flamante" 486DX4 100Mhz que mis padres me compraron con tanto esfuerzo, mi colega me llamaba para ir a arreglarle su flamante Pentium... ¡Pero que hago yo estudiando! ¡Soy imbécil! 🤔🤔🤔

Después nos perdimos la pista durante muchos años, aunque por amigos comunes iba sabiendo de sus andanzas.

Hace no mucho que nos volvimos a encontrar por esas curiosas casualidades de la vida, la verdad me dio mucha alegría volver a hablar con alguien con quien había compartido tantas historias. Pero no voy a ser mala persona si digo que ni él ni yo éramos las mismas personas.

Nuestros momentos vitales eran diferentes, que diría mi psicóloga previo pago de 60€.

Ahora su situación no es tan benévola como hace años y, en su cabeza ha construido el relato de que a mi me va genial en todo. Que yo no lo entiendo, pero es así.

Así que cualquier mensaje de Whatsapp de estos de "Donde andas tío" al que yo respondía con un "Pues estoy en Madrid en una feria de seguridad informática" venía de vuelta con la consabida respuesta de "Que bien vives macho y yo aquí...".

Y la cosa iba yendo a más y a más. Y a pesar de que me tomo la vida con alegría e intento hacer broma de todo o explicar las situaciones reales, me da que su cabeza no lo comprendía.

Es más, sus decisiones en determinados temas, siguen siendo lo contrario a lo que yo me planteo a diario. Entrar en guerras de estatus, el vivir a crédito o el tomarse la vida en una queja continúa son su "normal".

Y encima, el "¡Qué suerte tienes!", en sus diferentes variantes y valores, era una constante en nuestra nueva relación.😡😡😡

Lo mismo hay gente a la que le guste escuchar esas cosas, pero a mi me toca la moral enormemente. Y siempre ofrezco a los susodichos pasar una temporada a mi lado para evaluar la parte de suerte, que existe por supuesto sin duda, y la cantidad de horas de curro, desvelos y apuestas personales hacia nuestros proyectos que realizamos tanta y tanta gente a diario.

Pero la mayoría de la gente no quiere escuchar aquello que destroza sus ideas, quieren reafirmación pura y dura.

Así que, como ya estáis viendo venir, al final nuestra nueva relación acabo enfriándose. Y ahora se limita a alguna conversación de Whatsapp furtiva y poco más.

Incluso así, de vez en cuando, aprovecha el más mínimo resquicio para enviarme su "¡Qué suerte tienes!". Y ya ha debido notar que no contesto bien a eso. Nada de bien.

He conocido gente preparadísima, que ha hecho cosas correctas para sacar sus proyectos vitales adelante y que ha fracasado estrepitosamente. Yo he sido uno de ellos. Me he estrellado varias veces, me he vuelto a levantar y, en vez de seguir los consejos de "hazte funcionario" de mi madre, he vuelto a comenzar otro proyecto.

¿Hace falta suerte para que un proyecto funcione? ¡Pues claro que sí! ¡Llámalo suerte, llámalo X!

¿Pero es solo la suerte la que define el éxito de algo? ¡ROTUNDAMENTE NO!

Aun reconociendo que no todos partimos de la misma casilla de salida, que hay gente que lo tiene todo más fácil que otros, y todas esas cosas, al final, a todos nos toca currárnoslo. 

La suerte es un factor más, pero no es el factor determinante. Y oye, que tampoco sé cuál es ese factor necesario para que un proyecto funcione, pero no solo de suerte vive el hombre.

Y si viene la suerte, al menos que me pille trabajando. ¿Y tú? ¿Tienes suerte o puteas a tus amigos de la infancia? 🤪🤪🤪


📰 La actualidad 📰

Lo de las slow querys...

 

Y por cierto, en nuestra ofi están pasando cosas...

 

 

 


🔗 Cajón desastre... 🔗

Los enlaces que he ido recopilando durante la semana:

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Y fin...

¡Vaya semana más dura! ¡Y no tiene pinta de que la siguiente vaya a ir a mejor!
 
Así que nada, gracias a todos por estar ahí, nos vemos en 7 días.
 
Recuerda: ¡Estamos en Twitter y Telegram!

¡Soplaaadddd! ¡Soplaaadd! ¡No es viento, somos nosotros!