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En los últimos meses, hemos visto circular por redes sociales algunas afirmaciones que, honestamente, me preocupan por lo fáciles que son de creer y lo lejos que están de la realidad. Una de las más llamativas es la idea de que descargar un gigabyte de datos “consume” 200 litros de agua. Los últimos, que yo sepa, en apuntarse a la moda han sido ING Direct y Jesús Calleja. Y me han enfado bastante... 😡😡😡

Otro de los datos que sueltan alegremente en el surrealista vídeo que han publicado es que enviar un simple correo electrónico equivale a mantener una bombilla encendida durante 24 horas. No sé bien qué tipo de bombilla, pero queda impactante.

La verdad, si estas afirmaciones fueran ciertas, estaríamos al borde de una catástrofe ambiental solo por leer las noticias o enviar un meme. ¡Y no te digo nada por ver un programa de TV en streaming sobre un tío que viaja en helicóptero a pueblos de España! 🤣🤣🤣

De hecho, es que llego a dudar de que Internet hubiera existido si esas fueran sus necesidades energéticas...

Por cierto, hago un inciso, según la teoría de los divulgadores de pseudociencias estos: ¿lo de "consumir agua" como va? ¿En qué se convierte la supuesta agua consumida por los datacenters? ¿Se volatiliza? ¿Se mete dentro de las fibras? ¿Se la lleva Eduardo Collado a su casa? ¿Saben algo que nosotros no sabemos? ¿Pero qué me estás contando?

Como ya entenderás, la realidad es mucho más matizada y, sinceramente, mucho menos alarmante.

Primero, hablemos del mito del agua. Sí, los centros de datos consumen una cantidad significativa de recursos, y parte de ese consumo en algunos de ellos incluye agua, que se utiliza para mantener las instalaciones refrigeradas y en buen funcionamiento. Pero la cifra de 200 litros por gigabyte es, francamente, una exageración sin base. No habría agua en el mundo para alimentar los datacenters en caso de que eso fuera real.

De hecho, aunque algunas instalaciones de grandes compañías tecnológicas consumen cantidades importantes de agua que han llegado a generar noticias apocalípticas, el consumo está lejos de representar el colapso hídrico del planeta y en su mayoría la misma es reutilizada en circuitos cerrados con aportes poco significativos. ¡Como en la calefacción de tu casa!

Además, estamos hablando de sistemas enormes que tienen necesidades energéticas, los cuales deberíamos compararlo con el de otros sectores industriales, y cuando lo hacemos, el impacto de los centros de datos es modesto, en comparación por ejemplo con la agricultura o la minería... ¿Cuántos litros de agua se gastan en cultivar un tomate?

A pesar de esto, no debemos relajarnos y, como es lógico, las empresas tecnológicas son muy conscientes de la necesidad de reducir su impacto ambiental. No se trata de ignorar el problema, sino de afrontarlo con soluciones reales. Ya se invierte en renovables, ya se usan procesadores con TDPs cada vez más bajos, ya se mejora el aislamiento de salas, ya utilizamos tecnologías como la virtualización...

Si es que además somos los primeros interesados, incluso aunque no pienses en la salud del planeta, si solo piensas EN LA PASTA vas a mejorar la eficiencia. Si el DC consume menos, la factura de la luz será menor. Si consume menos agua, la factura del agua será menor. Si cuesta menos refrigerarlo... ¿No es lógico que el sector esté continuamente pensando en mejorar su eficiencia? ¡Es lo normal!

El mito del consumo energético del correo electrónico es otro buen ejemplo de cómo se simplifica en exceso el impacto ambiental de la tecnología. ¿Realmente un email tiene el mismo coste energético que una bombilla encendida durante 24 horas? Obviamente no. Aunque cada clic y cada envío tiene su huella de carbono, como es normal, la eficiencia de los sistemas actuales está a años luz de esa imagen catastrófica.

Si de verdad enviar correos fuera tan caro energéticamente, no podríamos permitirnos la infraestructura digital actual al precio además que pagamos por ella. La realidad es que los servidores y redes que gestionan nuestras interacciones diarias están optimizados para hacerlo de la forma más eficiente posible.

Eso sí, claro que hay retos reales. ¡Por supuesto! El consumo energético de los centros de datos sigue en aumento, y los esfuerzos para hacerlo sostenible, aunque van en la dirección correcta, tienen limitaciones.

Estamos viendo cómo las redes eléctricas en algunos países ya están sintiendo la presión. De hecho, en ciudades como Dublín o Ámsterdam, se han impuesto moratorias a la construcción de nuevos centros de datos debido a la incapacidad de las infraestructuras eléctricas para asumir tanta demanda.

El futuro de los centros de datos, y de internet en general, plantea preguntas que no son fáciles de responder. Pero nosotros queremos soluciones simples para problemas complejos. Y eso no funciona así.

En los comentarios de Twiiter me preguntaban si sería la energía nuclear una de las soluciones a estos problemas. Y aunque sigue siendo un tema peliagudo, algunos expertos sugieren que podría ser una opción para cubrir la enorme demanda de energía de manera constante y sin las emisiones de carbono que genera la quema de combustibles fósiles. Pero claro que hacemos con los residuos... Habrá que pensarlo bien.

Así que aunque no debemos de dejar de apostar por las energías renovables, está claro que necesitamos una combinación de soluciones si queremos mantener el crecimiento tecnológico sin comprometer la salud del planeta. Pero lo importante aquí es no caer en el sensacionalismo ni en los mitos sin fundamento. Sí, la tecnología tiene un impacto ambiental, pero hay muchas iniciativas en marcha para hacerlo más sostenible.

Y, por cierto, debemos entender que la solución no pasa por dejar de usar internet o enviar correos electrónicos. Soluciones simplistas no, por favor.

Además, lo de mentir con datos como lo de los 200 litros lo que provoca es el efecto contrario. El que nadie crea en los datos reales y las iniciativas realistas. Al final se crea el efecto contrario.

¡Calleja seamos serios, por favor!

¡Feliz Domingo!


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Y fin...

Si todo va bien, mientras tú lees esto, yo estaré a punto de montar en un avión con destino Hong Kong.

Voy a pasar unos días por China gracias a Instant Byte y Huawei conociendo de cerca como funciona este fabricante, visitando sus fábricas y sus centros de desarrollo... ¡De locos!

¡Intentaré compartir muchas fotos e información con vosotros!

Seguimos hablando por los canales habituales: Twitter y Telegram.
 
Por cierto, si quieres puedes invitarme a un cafelito. ☕☕☕

¿200 litros de agua por 1 giga descargado? Suena creíble, claro que sí...