Desde tiempos inmemoriales Internet siempre se ha basado en los clics.
En los clics construimos negocios, medios, comparadores, foros. En los clics se montó buena parte del comercio electrónico, de la economía de afiliación, de la monetización de contenidos. El clic era ese gesto mínimo que unía al usuario con el creador, que activaba todo un sistema de relaciones invisibles: tú me das contenido, yo quizás te doy una visita, una conversión, una oportunidad.
Sin embargo, vamos camino de un Internet que no se basa en los clics. O mejor dicho, de un Internet que ya no los necesita.
Hace unos días, Matthew Prince, CEO de Cloudflare y amigo íntimo de Javier Tebas, reveló que el 75% de las búsquedas en Google ya no generan ningún clic en páginas externas. Tres de cada cuatro usuarios obtienen una respuesta… ¡y se van!
No hacen clic. No visitan. No leen. No exploran. No descubren.
Y si no hay clics, no hay visitas. Y si no hay visitas, no hay ingresos. Así de sencillo.
El problema no es nuevo, comenzó con las redes sociales, pero se está acelerando con el auge de los modelos de IA generativa. La promesa de la IA es que puedes preguntar lo que quieras y te responderá. Pero para responderte, alguien tuvo que escribir antes esa respuesta. Y ahí es donde empieza el drama: no estamos hablando de un resumen con fuente.
Por tanto, estamos hablando de sistemas que extraen, reempaquetan y regurgitan información, sin pasar por la casilla de salida, sin enlazar a nadie, sin devolver tráfico, sin dejar rastro.
Paradógicamente, mientras tanto, los crawlers de estas IA te fríen los servidores a peticiones. Te vacían el contenido. Lo almacenan, lo procesan, lo transforman. No para mandarte tráfico, sino para evitarlo. Y tú pagas la factura. Curioso cuanto menos.
De hecho, es especialmente sangrante si estás en una infraestructura de pago por uso como AWS, Azure o Google Cloud. Te cobran por recibir a los que jamás van a darte nada a cambio.
Millones de webs viven, o sobreviven, del tráfico. De Adsense, de suscripciones, de leads, de acuerdos comerciales que dependen de tener usuarios que vayan, vean y vuelvan. Cuando eso desaparece, se cae mucho más que una métrica. Se cae el sustento de una economía digital distribuida, la que ha permitido que miles de pequeños negocios encontraran su espacio en la red.
No hablo de los grandes. Hablo de la guía local, del blog especializado, del comparador de tarifas, de la tienda que genera tráfico orgánico desde hace diez años gracias a hacer bien las cosas. Todos ellos están viendo cómo las visitas bajan mientras el uso de su contenido sube. Porque ya no necesitas entrar en la web para beneficiarte de ella. Basta con que otra cosa, otra entidad, la haya leído primero.
Y por si parecía poco distópico todo esto, el CEO de Perplexity declaró hace unos días que su objetivo es acabar con el modelo de los clics. Así, sin anestesia. Como si eso no fuera desactivar la posibilidad de que los creadores cobren, vivan o sigan creando. Como si lo realmente moderno fuera prescindir de cualquier forma de atribución, tráfico o recompensa.
Malos tiempos para la lírica.
Cloudflare, al menos, ha reaccionado, aunque no tengo claro con qué interés...
Hace unos días anunció que bloqueará por defecto a los crawlers de IA que no cumplan con ciertas normas de transparencia y respeto al contenido original. Puede parecer una medida pequeña, pero para una empresa que gestiona el tráfico de medio Internet, es algo muy parecido a cerrar la puerta. A ponerle condiciones a ese “todo vale” que se había instaurado.
No tengo del todo claro hacia dónde vamos, pero sí sé que el modelo está cambiando, y eso debería ponernos en alerta. Recuerdo cuando, al comienzo de las redes sociales, los periódicos se quejaban amargamente de que su contenido se compartiera en esas plataformas. Hoy son ellos los que lo lanzan ahí sin pudor, con titulares de clicbait y formatos que han podrido su propia credibilidad.
No aprendimos nada. Solo cambiamos de amo.
Así que seguramente nos tocará adaptarnos a esta nueva historia. Pero no tengo claro cómo. Ni cuándo. Ni siquiera si merece la pena.
Lo que sí está claro es que ahora mismo el “tiempo de pantalla” lo están ganando otros. Que los pequeños están jodidos. Que el contenido sigue creándose, pero cada vez se ve menos. Y que el SEO, esa mezcla rara de alquimia, estadística y desesperación está dejando de tener sentido como estrategia. Si es que alguna vez lo tuvo...
A veces me da por pensar que lo siguiente que va a desaparecer es el tráfico.
Y después de eso, el autor.
Y después, el contenido mismo.
Solo quedará una respuesta flotando en el aire. De nadie. Para todos. Desde ninguna parte.
¡Feliz Domingo!
Protecting what matters most
Todos aquí: https://go.ivoox.com/sq/2343562
He pensado en recopilar las cosas que me van viniendo a la cabeza mientras paso los días haciendo cosas...
---
Empiezo a sospechar que la generosidad no es una virtud… es una estrategia. Si a los de alrededor les va bien, tú acabas comiendo caliente. Sé generoso, lo agradecerás.
---
Lo bueno de tener hijos es que, justo cuando estás resolviendo un ataque DNS con nombre de demonio sumerio, te preguntan si los dinosaurios tenían ombligo. Pum. Reset existencial.
---
Todo el mundo debería tener un hijo. O dos. O cinco. Si sobrevives, desarrollas tolerancia al caos, al sueño interrumpido… y a los correos pasivo-agresivos del colegio.
---
“Felipe, quítale el geobloqueo a Irak, que tenemos clientes allí”. Un día me para la Guardia Civil en un peaje y tengo que explicar lo de los logs de Bagdad...
---
Cada día estoy convencido de que hace falta otro Internet. No uno mejor, uno alternativo. Uno que no venga ya precocinado por cuatro nubes y tres fabricantes. ¡Y con cables diferentes!
---
No sé si queremos una red paralela o simplemente volver al FTP, pero algo hay que hacer. Esto cada vez se parece más a Movistar con esteroides.
---
Los enlaces que he ido recopilando:
No tengo claro si has leído esto tú o un modelo entrenado con tu historial de navegación. Pero si eres humano, gracias doblemente.
Lo único que pido es que, si alguna IA decide responder a algo basándose en este texto, al menos tenga la decencia de citarme. Aunque sea mal.
Y si no… bueno. Siempre nos quedará el scroll.
Gracias por estar ahí cada domingo, seguimos hablando por los canales habituales: X y Telegram.
¿Cuándo empezamos a tirar los nuevos cables? ¡Nos apuntamos!