👻 La Newsletter de @weareDMNTRs 👻

Hoy no había newsletter. Sin embargo, he decidido compartir una de las newsletters más personales que he escrito en mucho tiempo. Las siguientes líneas están redactadas desde el corazón, así que espero que sepas perdonar los excesos, que los hay.

Desde que nació DeMeNToR (jódete, Warner Bros), sin un plan claro y generando alguna incertidumbre a mi alrededor porque no decirlo, tenía claro que esta aventura iba a ser eso que llaman un “build in public”. Un contar lo que hacíamos sin esconder ni los éxitos ni los fracasos. Iba a ser "mi realidad", para bien y para mal.

Y así fue cómo empezó y cómo fue creciendo el proyecto. Con días buenos, días malos y días regulares; con cosas que funcionan y cosas que no. Pero, sobre todo, con sinceridad. Sin trampa ni cartón, sin engañar a nadie y, sobre todo, sin engañarme a mí mismo. Con más de 40 años encima no estaba la cosa ya para eso.

De repente, la cosa explotó y el proyecto empezó a crecer en todos los sentidos. En mi cabeza me decía "has tenido suerte", aunque mi padre no opinaba igual y me dijo, en una curiosa conversación, algo así como "llevas muchos años trabajando para esto, los puntos se unen al final"... Yo seguía llamándolo suerte.

La cosa era tan loca que en algunos sitios empezaron a presentarme como un “influencer IT”, algo que, la verdad, no tengo muy claro qué significa, porque yo seguía (como sigo a día de hoy) viviendo de mi trabajo. Pero lo de influencer como que quedaba más molón en determinados sitios: Míralo el tío como "influencia"... Además, en ese camino "a la fama twittera" conocí a mucha gente, algunos de los cuales hoy considero casi de mi familia, con los que hablo cada día y a los que respeto como profesionales y, sobre todo, como personas.

Y llegó 2024, el año más loco de mi vida y, creo que incluso, de las vidas de los que me rodean. El año en el que ya no solo era yo el que tenía “skin in the game” en el proyecto, sino que también otra gente confiaba en esta movida y apostaba fuerte por algo que, no mucho antes, alguien calificó de “juego”. BIOS y su gente llegaban a mi vida para revolucionarla aún más. ¡Menuda locura se avecinaba! ¡Pero cómo lo estamos disfrutando!

Ha sido un año de aprendizaje brutal, de sentirme valorado por mucha gente, de embarcarme en proyectos totalmente alucinantes, de visitar lugares con los que ni soñaba, de contar “mis cosas” en lugares tan dispares como el Bernabéu o el Shanghai World Expo Exhibition. De salir de mi zona de confort cada día desde que me levanto hasta que me acuesto. De un crecimiento personal y profesional enorme. Y, vuelvo a repetirlo, de conocer a mucha gente que merece la pena y tener la suerte de poder trabajar a su lado cada día.

Pero todo yang tiene su yin. Y, he de reconocer que me ha costado asimilarlo todo. A niveles que solo mi cabeza y yo entendemos. Bueno, la Señora Dementora también sabe algo del tema, pero es lo que tiene ser mi ángel de la guarda y, a veces, conocerme mejor que yo a mí mismo...

Así que sin darme cuenta, en medio de la locura que me rodeaba, me autoimpuse muchas limitaciones y me planteé más a menudo de la cuenta quién era realmente. Intente separar a la persona del personaje, con dramáticos resultados. Porque al final, muchos amigos y conocidos me llaman Dementor, y aunque a veces no lo quiera ver, el éxito o fracaso de esta aventura va muy ligado a mi propia identidad. Si me resfrío, DMNTR tose. Quiera yo o no quiera.

Durante este proceso de construcción personal tuve ideas tan “lúcidas” como crear una segunda cuenta de Twitter para separar la persona del personaje, la empresa del empresario, la profesión de la persona… Con el tiempo, me he dado cuenta de que fue un error. Está bien tener esa segunda cuenta para subir mis fotos de cochecitos o protestar por la sobre-regulación del país donde vivo, pero el alma de la cuenta “oficial” de DMNTR sigue siendo ver el mundo desde mi propia perspectiva de profesional IT que viene de vuelta. Ni más, ni menos. Somos así de raros...

Y repito, todas las limitaciones me las he ido colocando yo solito. Sin que nadie me diga nada, pero aparecía ahí esa vocecilla interna que me decía "Felipe, ahora sois más gente, déjate de decir chorradas por redes". Para comprender, al final, que justo se trataba de eso: Trabajo más de 11 horas al día porque veo cosas que muchos considerarían “trabajo”, y yo las veo como oportunidades para cambiar el mundo (o mi mundo, al menos). Contándolo nunca he querido convencer a nadie, solo mostrarlo. Porque sé que no estoy solo. Y de ahí vino la explosión de todo esto, de la gente que se siente igual.

Después de estos meses de aterrizaje y autoaprendizaje, he entendido que no debe darme "corte" seguir contándolo. Que el hecho de que ahora seamos más gente y podamos hacer cosas más grandes no está reñido con mostrar nuestra realidad tal cual es. Que, al fin y al cabo, mostrar sin miedo "nuestras movidas" nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Intenté cambiarlo todo para, en última instancia, darme cuenta de que no necesito que nada cambie: la esencia del proyecto es ser reales. Enseñar nuestra verdad. Equivocada o no. Pero la nuestra.

Hoy no tocaba newsletter, pero en este antepenúltimo día de 2024 quería recordarte que no hay nada mejor que seguir viendo lo que otros no ven. Que creer en tu proyecto contra viento y marea, no debe darte miedo. Porque, al final, el mundo lo mueven quienes se salen del camino marcado. Donde otros venden números y cosas raras, aquí vendemos alma. Es lo que tenemos, guste o no. Y puede salir bien o puede salir mal, pero si lo llevas dentro, es lo que hay. ¡Y punto!

Así que solo queda dar las gracias a mi familia, a mis socios, a mis compañeros, a mis amigos y a todos los que estáis ahí leyendo por creer que en DMNTR “hay algo más”. O simplemente por pasar un buen rato con nuestras historias. ¡Cada uno que elija! Pero gracias de todo corazón.

No sé qué nos deparará el destino, pero seguiremos apretando. ¡Y contándolo, por supuesto! ¡Y contándolo!

¡Feliz 2025!


🔗 Newsletter patrocinada por: 🔗

 

   Protecting what matters most

 


🔊 Llámalo podcast... 🔊

 

Todos los episodios aquí: https://pod.link/1721508436


Y fin...

En estos días ando probando ghostty y, a pesar de sus problemillas de juventud, me está molando.

Nos vemos en reyes, ya sí con una newsletter "canónica".

Seguimos hablando por los canales habituales: Twitter y Telegram.
 
Por cierto, si quieres puedes invitarme a un cafelito. ☕☕☕

¿Pero entonces es un DeMeNToR o qué es? Nos está liando hasta a nosotros...