👻 La Newsletter de @weareDMNTRs 👻

El cómo miras el mundo define tu mundo.

Tienes que entenderlo cuanto antes.

Y no es fácil de asimilar.

Estoy seguro de que lo has sentido alguna vez: ese momento en el que cuentas algo que te ha emocionado, o decepcionado por completo, y ves en la cara del otro una reacción completamente opuesta a la tuya. No es que uno tenga razón y el otro no, es que cada uno lo ha visto desde su propio marco mental, desde su contexto, desde lo que ha vivido y desde lo que espera del mundo.

Al final, no vemos las cosas como son, sino como somos.

Y no es fácil de asimilar.

Si miras todo con suspicacia, el mundo te parecerá un lugar lleno de trampas. Cada sonrisa te parecerá falsa, cada cumplido una estrategia, cada oportunidad una trampa disfrazada. Y lo peor es que, sin darte cuenta, acabarás teniendo razón, porque cuando uno mira desde la desconfianza, empieza a construir un entorno que confirma esa misma visión.

Terminas rodeado de distancia, de frialdad, de gente que no se atreve a acercarse demasiado por miedo a ser malinterpretada.

Si en todo ves ladrones, el mundo te regalará ladrones. Cuando te proteges antes de tiempo, cuando sospechas incluso de quien viene a ayudarte, acabas levantando un muro tan alto que solo logra atraer a los que buscan saltarlo. Las personas nobles se alejan; los que quedan son justo los que refuerzan tu teoría.

En cambio, si miras todo con ilusión, el mundo te devuelve ilusiones. De repente los días parecen más largos, la gente más amable, las ideas más posibles. No porque el mundo haya cambiado, sino porque tú lo has hecho. Esa actitud no convierte la realidad en un cuento de hadas, ya quisiera yo, pero sí cambia la manera en que te relacionas con ella, y eso basta para que empiecen a pasar cosas distintas.

Y oye, mirar con ilusión no es ingenuidad. No significa ir por la vida con una sonrisa bobalicona ni negar los problemas que existen. Significa decidir qué tipo de energía vas a poner en lo que haces, incluso sabiendo que el resultado puede no salir bien. Significa entender que la actitud no es garantía de éxito, pero sí una forma de protegerte del cinismo, que es la peor de las derrotas. Y el más cruel de tus enemigos internos.

He conocido a personas que encuentran defectos incluso en las buenas noticias, que no soportan que algo salga bien porque enseguida buscan la grieta por donde puede romperse. Y también he visto a otras que, en medio del caos, son capaces de encontrar una chispa de sentido, una lección, algo que rescatar. Un intento de arrancarte una sonrisa. La diferencia entre unas y otras no está en lo que les pasa, sino en cómo lo miran.

El mundo no te devuelve lo que mereces, sino lo que proyectas.

Y no, no me he vuelto ahora un seguidor del mind-fullness ni estoy intentando venderte mis cursos para que tengas una vida mejor. 

Simplemente, cada día tengo más claro que si proyectas miedo, encontrarás motivos para tenerlo. Si proyectas apertura, verás oportunidades donde antes solo había riesgos. Esta es una de esas verdades incómodas que uno tarda años en aceptar, pero que, cuando encaja, cambia por completo la manera en que te mueves por la vida.

Y esto se aplica a todo: a los negocios, a las relaciones, al trabajo, incluso a la vida digital. Hay quien entra a una reunión pensando que todos quieren aprovecharse de él, y hay quien entra esperando aprender algo nuevo. Adivina quién sale con más puertas abiertas, con más colaboración, con más sensación de avance.

Y ojo, que lo malo también va a venir. La vida no se vuelve fácil por mirar distinto.
Habrá golpes, enfermedades, pérdidas, días en los que no hay manera de encontrarle sentido a nada. De hecho, intentar aplicar esto cuando todo se derrumba es complicado, casi injusto, pero necesario.
Gente con problemas enormes que, aun así, cada mañana se levanta dando las gracias por un día más. No porque el dolor desaparezca, sino porque ha aprendido a mirar incluso la desgracia con un tipo de gratitud que no se finge.

Y, repito, no es fácil.

Cada día, sin darnos cuenta, reforzamos la historia que nos contamos a nosotros mismos sobre el mundo. Si la historia es que todo está podrido, cada noticia te lo confirmará. Si la historia es que aún hay belleza y gente buena, también la verás. Ninguna de las dos visiones es completamente falsa, simplemente, cada una elige una lente distinta para mirar la realidad.

Lo curioso es que el mundo no cambia tanto como nosotros. El polvo, el ruido, la prisa, los miedos… todo sigue ahí. Pero de vez en cuando, cuando decides mirar con otros ojos, algo se recoloca. Y por un instante, entiendes que tu vida no es lo que pasa, sino cómo la miras.

Justo en ese instante, cuando eliges conscientemente qué historia quieres contarte, empieza de verdad tu manera de estar en el mundo. 

Y fin.

No te creas demasiado.

Al final somos solo unos putos monos un poco más desarrollados de la cuenta.

Poco más.

Feliz Domingo.

 


🔗 Newsletter patrocinada por: 🔗

 

   Protecting what matters most

 


🔊 Llámalo podcast... 🔊

Todos aquí: https://go.ivoox.com/sq/2343562


👀 Las paranoias de la semana 👀

He pensado en recopilar las cosas que me van viniendo a la cabeza mientras paso los días haciendo cosas...

---

Esta semana murió "mi seño" de 3º, 4º y 5º de primaria.
Gracias a un encuentro de antiguos alumnos, tuvimos la suerte de recuperar la relación con ella y entre nosotros mismos. Y de darnos cuenta de que, más de treinta años después, seguíamos siendo los mismos… o parecidos. 

---

Ver en su despedida a la mayoría de mis compis del colegio emocionados me hizo pensar en lo bonito que es dejar huella en la gente. En cómo, a veces, no recordamos lo que nos enseñaron, pero sí cómo nos hicieron sentir.

---

Besos al cielo, Seño Rosi.

---

 


🔗 Cajón desastre... 🔗

Los enlaces que he ido recopilando:

 


Y fin...

Esta newsletter la escribo y la envío on the fly.

Durante la semana estuve dándole vueltas a multitud de temas que no terminaban de cuajar y ayer, siendo sincero, me fui a disfrutar del Rally de Tierra Ciudad de Granada durante más de 15 horas seguidas… ¡Y me lo pasé en grande!

Así que, en vez de ponerme anoche a escribir, me he levantado temprano para dejarte esta newsletter calentita en tu buzón. ¡Que no se diga!

Gracias por estar ahí cada domingo, seguimos hablando por los canales habituales: X y Telegram.
 
Por cierto, si quieres puedes invitarme a un cafelito. ☕☕☕

No te voy a contar cómo vemos nosotros el mundo...